He podido ver Amenaza en el aire, la película del look viral de Mark Wahlberg, y he decir que he salido contento. Contento porque ha cumplido exactamente lo que prometía: un thrilller cargado de ritmo e intriga, en un accidentado vuelo por las salvajes tierras de Alaska. Dicho y hecho.
Con esto no quiero decir que estemos ante una obra maestra del cine de acción, pero sí que que creo que Mel Gibson ha construido una cinta entretenida, con cierto humor negro y nos ha regalado uno de los peinados más feos de la historia del cine. Un look que seguro, acabará formando parte de la biblioteca de memes y rivalizando con el melenón al viento de Nicolas Cage en Con Air.
Echad un ojo al trailer y decidme si no os recuerda a la clásica película de acción de los ochenta y noventa con personajes ultra caricaturizados.
Un viaje de lo más accidentado
Madolyn Harris (Michelle Dockery) es una agente de los US Marshal encargada de trasladar a Winston (Topher Grace), un contable que va a testificar contra la Mafia, desde el recóndito pueblo de Alaska en el que se había escondido. Para ello, contratan los servicios de un extravange piloto, interpretado por Mark Walhberg, que los transportará en su vieja avioneta. Pero conforme el viaje avanza, la tensión comienza a disparase y se desata el caos a 3 mil pies de altura…
La cinta supone el regreso de Mel Gibson a la dirección 8 años después de la premiada y aclamada Hasta el último hombre (2016). Y lo cierto es que su labor me ha sorprendido porque saca el mayor rendimiento posible al espacio tan reducido con el que cuenta, haciendo que el ritmo no decaiga en ningún momento. El director australiano logra que el interior de la avioneta se siente de lo más vivo con un repertorio de tiros de cámara muy interesantes.
Acción de la de antes
He de reconocer que no esperaba gran cosa de Amenaza en el aire, sobre todo teniendo en cuenta el estado en el que se encuentra el género, hasta arriba de producciones cada vez más pretenciosas. Hablo de largometrajes como la insípida Juego de Ladrones 2 que, con argumentos de lo más inverosímiles, tratan de venderte una historia más elevada e intelectual de lo que en realidad es.
Con todo esto, Amenaza en el aire no es la producción que viene a salvar el género ni tampoco se va a convertir en un blockbuster. Pero, por el contrario, creo que asume muy bien lo que sí es: un producto de entretenimiento puro y duro sin complejos. Un misterio que se desarrolla bien, salvo algún que otro convencionalismo bastante grosero, con disparos y explosiones en una avioneta en mitad de la nada.
Y gran parte de ello se debe a que nos encontramos con un personajes que nos entran muy bien por los ojos. Estereotipados, sí, por supuesto que sí, pero toman decisiones y actúan de forma coherente a lo que vamos viendo. Al contrario que la cinta de Gerard Butler, en la que el director trató de elevar tanto el tono «intelectual» de la cinta que se olvidó de los personajes, quedando retratados como unos atracadores genéricos de una película de robos genérica.
El look viral de Mark Walhberg
En Amenaza en el aire vemos al Mark Walhberg más extravagente e histriónico hasta la fecha. El actor de Boston dibuja un personaje tan caricaturizado y con un look de calvo tan extraño que roza el ridículo, pero que, al mismo tiempo, encaja estupendamente con lo que se nos plantea. Se marca una actuación al más puro estilo Cage en Cara a Cara y la verdad es que el resultado no podría ser más divertido.
Creo que el actor de The Fighter se funde muy bien con el tono socarrón que plantea la película, al igual que los otros dos protagonistas, destacando un Topher Grace que cumple a la perfección con su papel de alivio cómico. Y tampoco es que Michelle Dockery se salga mucho del guión preestablecido para una agente del orden en horas bajas, pero sabe conectar muy bien con el público ofreciendo una actuación natural y un personaje carismático.
Al fin y al cabo, no se pide mucho más en una película de estas características. Porque seamos serios, las pelis de tiros que marcaron las infancias de muchos de nosotros estaban plagadas de clichés y no eran más que tremendas flipadas llenas de convencionalismos. Y creo que Amenaza en el aire recupera algo de esa esencia noventera que tanto nos gusta con una historia entretenida y sencilla que se hace disfrutable.
