Nota F de Film
Después de leer reacciones de todo tipo; tanto buenas como negativas sobre Emilia Pérez, tenía muchísimas ganas de echarle un ojo a la película. Lo cierto es que solo me fije en las reacciones que había generado la película, pero ni siquiera sabía que era un musical o información más profunda sobre el argumento o los personajes, por lo que llegue prácticamente sin saber nada.
Desde un punto de partida bastante plano, Emilia Pérez deja bastante claro que va a «jugar» al ataque, con números musicales rimbombantes y cargados de personalidad, una historia que aunque al principio pueda parecer algo insulsa está llena de matices y un ritmo frenético que te atropella como un mercancías.
Pero imaginemos este tren de mercancías lleno de luces, decorado un poco hortera, pero con gracia y con bisutería barata en partes inimaginables de su estructura metálica. Eso, eso sí que es Emilia Pérez, una película cargada de personalidad, de peronajes carismáticos y, eso sí, con muchos altibajos.
A continuación voy a hablar más en profundidad de lo que me ha parecido Emilia Pérez y por qué pienso que, aunque es, sin duda, una de las películas que más se recordarán de este año cinéfilo creo que tiene fallos que, aunque podrían ser más importantes en otros títulos, están bastante camuflados bajo la maestría del universo de Jacques Audiard.
Un cambio
Emilia Pérez cuenta la historia de Rita, una abogada algo estancada en su carrera profesional que recibe un encargo muy especial; ayudar a un narcotraficante a «resetear» su vida con un cambio de identidad tanto burocrático, digamos, como físico.
Aquí aparece la actuación estelar de Karla Sofía Gascón, que, primero interpreta a un narcotraficante bastante clásico y desagradable, pero luego se abre para dar cabida en el mundo al yo interior de Manitas, Emilia, una persona empática, activista y que de verdad tiene un propósito en la vida más allá de ganar dinero.
Fuera de ese envoltorio feo, marcado por la supervivencia de crecer en uno de los países más criminalizados del mundo, se abre paso el verdadero yo (en el sentido más filosófico de la palabra) del personaje de Karla, una mujer inspiradora atrapada en el cuerpo de un narco.
Una de las grandes reflexiones que nos deja este arco principal de la película es lo difícil que «tiene que ser» (porque sino lo vives es imposible experimentarlo) vivir de la manera que no quieres o que te han impuesto. Hay una frase muy bonita del propio Manitas que es, a la vez, bastante desgarradora e ilustrativa.
La frase era algo así como: «He pensado en quitarme la vida, pero sería bastante injusto desaparecer de este mundo sin ni siquiera poder haber vivido mi vida» y esta es la esencia de ese cambio que convierte a Manitas en Emilia Pérez.
Un propósito
Aunque la estrella de Emilia Pérez, y la persona que más reconocimiento se ha llevado ha sido Karla Sofía Gascón, para mi Zoe Saldaña está al mismo nivel. Rita es una abogada que es la palanca que necesitaba Emilia para tener un propósito en la vida, una cirugía reparadora después de todo el daño que ha provocado Manitas en una misión en la que ambas intentarán devolver lo cuerpos de las víctimas del narcotráfico a sus familias.
Esta redención tiene mucho que ver con el cambio de paradigma que comentábamos antes en el que Emilia trata de enmendar los errores del pasado, aunque de manera algo hipócrita.
Paralelamente tenemos a una Selena Gómez que me ha encantado, y que es capaz de ser el animal espiritual de la película interpretando a la histriónica mujer de Manitas que, de la noche a la mañana, ve como su vida se desmorona. Lo cierto es que Selena Gómez nos deja con las mejores actuaciones musicales de la película, siendo capaz de utilizar cada canción como una arma narrativa que las simples palabras no pueden igualar.
En resumen…
Emilia Pérez es toda una montaña rusa, para lo bueno y para lo malo. Actuaciones que desafiarán tu capacidad de aguantar la vergüenza ajena combinadas con increíbles eventos musicales, una dirección que es toda una apisonadora, y una historia que aunque está llena de matices interesantes, resulta bastante difícil de creer, algo que no sería un problema si no fuera porque Emilia Pérez se toma (quizá demasiado) en serio a sí misma.
No obsstante, es de aplaudir que aparezcan estas joyas en el cine, porque es original, fresca, atrevida y, aunque esté lejos de ser la mejor del año, Emilia Pérez será la película que recuerde más efusivamente cuando en el 2030 eche la vista atrás hacia el cine del año 2024.