¿Merece la pena ver Smile 2? Mi respuesta es afirmativa, la película tiene momentos de auténtico pavor y la dirección de Parker Finn en esta secuela es, sencillamente, de otro nivel. No por nada es el estreno de terror más visto en España en 2024. Escenas magníficamente rodadas y técnicamente muy pulidas, una banda sonora acertada, aunque no tan buena como la de la primera película, y, sobre todo, una Naomi Scott que lo borda y se come la pantalla.
¿Es tan buena como dicen? Esa pregunta es harina de otro costal y, creo, que parte de esa responsabilidad recae sobre unas premisas que no se han cumplido. El mismo director afirmó en una entrevista para Collider que Smile 2 iba a ofrecer algo diferente y con su propio ADN. Y honestamente, no creo haber encontrado nada de eso en el film. Ojo, que no digo que esté mal, pero no se cumple la premisa y toda la promoción, así como el trailer, fomentan esas expectativas.
5 Razones para ver Smile 2
Empezaremos por los 5 motivos que yo he encontrado por los que animaría a la gente a ir a una sala de cine a ver Smile 2 y que sí que hacen honor a las expectativas generadas. ¡Comenzamos!
1. Una dirección superlativa
Una planificación bestial, brutal y, por qué no decirlo, acojonante. Parker construye algunas de las mejores escenas de la cinta, y diría que del género en los últimos años, con suma paciencia, tratando de jugar continuamente con el espectador y construyendo un clima de tensión que, por momentos, se hace irrespirable. Y cuando crees que se va a desbordar, te lo prolonga por más tiempo, lo adelanta o te sorprende con algún salto de eje que te deja patidifuso. Brillante desempeño con algunos tiros de cámara para el recuerdo. Nunca volveréis a jugar a «Reloj, Reloj», ya os estoy avisando.
2. Sonrisas y lágrimas
Las tétricas muecas vuelven a pegar muy fuerte en esta segunda parte con alguna que otra reinvención de calidad y nuevos enfoques que creo que funcionan tremendamente bien. Mención aparte merecería la escena del discurso con la sonrisa de un solvente Ray Nicholson (en un más que claro homenaje a su padre Jack y El Resplandor) y, sobre todo, la tenebrosa secuencia de Lucas Cage que da comienzo a la pesadilla de Skye (Naomi Scott).
3. La puesta en escena
Brillante escenificación de todo los apartados técnicos de la película. La fotografía y el montaje están muy pulidos y rozan la perfección. Pero si tuviera que destacar algo sería la edición de sonido, con momentos delirantes en los que te metes de lleno en la cabeza de Skye escuchando ruidos que no sabes si forman parte de alguna alucinación. Mi recomendación es, que si vais a verla, de verdad que merece la pena ir a una sala que tenga un buen sonido envolvente, lo agradeceréis.
4. La banda sonora
Si antes hablaba de la delirante edición de sonido, en lo que se refiere a la banda sonora no se queda corta, porque la misma palabra valdría para definir esta suerte de histeria y nervios en forma de melodía. Ayuda mucho a introducirte en cada escena y no te deja respirar, porque incluso en aquellos momentos en los que no sucede nada, la música no te da tregua, manteniendo una tensión latente que parece que explotará en cualquier momento.
5. Naomi Scott
Brillante actuación de la actriz de Aladdin, que lleva el peso de la actuación y un papel complejo con bastante solvencia. Diferentes registros en el que nos metemos en la piel de una figura de la talla de Dua Lipa o Taylor Swift y la ansiedad, la presión, el estrés y los excesos que soportan, adentrándonos en un universo que ninguno de nosotros conocemos.
Algunos peros para Smile 2
Aunque la película tiene una serie de virtudes que la hacen muy interesante y que logra por momentos sobrecogerte en el asiento del cine, la sensación de decepción es acuciante. Con un presupuesto inmenso, las expectativas que se han generado y la publicidad tan impresionante que han tenido, arriesga demasiado poco. Los sustos funcionan, al igual que las sonrisas, pero algunos momentos recuerdan demasiado a su predecesora. Eso sí, a pesar de no arriesgar en prácticamente nada, dibuja un clima anticlimático, valga la redundancia, digno de admirar.
Creo que Parker tenía aquí la oportunidad de ofrecer algo más y construir un relato más elaborado y más inteligente que nos adentrara en la mitología de Smile. El director adolece de cierto conservadurismo y pierde la oportunidad de aportar algo más que nos ayude a profundizar en estos elementos paranormales que sacuden las mentes de los huéspedes como el peor de los virus. Pero nada más lejos de la realidad, ya que se vuelve a quedar en la superficialidad y, aunque insisto en que la película funciona, sales del cine queriendo haber visto algo más de lo que ya experimentaste en la primera.