More

    Crítica de La Infiltrada, un interesante thriller sobre la lucha contra ETA

    ????

    La Infiltrada de Arantxa Echevarría se ha destapado como uno de los thrillers más atractivos del panorama nacional en este 2024, entrando de lleno en la lucha por los Premios Goya. La directora de Carmen y Lola conforma un relato interesante y muy entretenido con gran pulso, y que nos deja una gran actuación de su protagonista, Carolina Yuste.

    Por poner en contexto al lector, la lucha contra la banda armada ETA alcanzó algunas de sus cotas más altas en los años 90. Una década de suma violencia por parte del grupo terrorista, con varios atentados que sacudieron los cimientos de una sociedad española, que entonó más alto que nunca el «¡Basta ya!» frente al terror y la barbarie. Un ambiente que la directora ha sabido dibujar con gran precisión y que atrapa al espectador desde el primer momento con una impactante historia real sobre una mujer que estuvo infiltrada en ETA 8 años, llegando a convivir con dos altos mandos durante todo un año en un apartamento.

    El País Vasco de los años 90

    Como veníamos diciendo, aquí la realizadora hace una admirable labor en ir dibujándonos todos los elementos que van a conformar la trama y que se irán desgranando con gran naturalidad conforme la película avanza. La tensión y el clima violento que se respiraba en el País Vasco en esos años queda perfectamente impregnado en cada plano, y nos ayuda a entrar de lleno y comprender más de cerca la difícil tarea a la que se entrega Mónica (brillante Carolina Yuste) que, apenas rozando la veintena y bajo el pseudónimo de Arantxa Berradre, se infiltra en ETA seducida por las palabras del inspector jefe Ángel Salcedo, interpretado por un, como siembre, soberbio Luis Tosar para el que se nos agotan los calificativos.

    En un principio, la película podría pasar por ser una sucesión de efectismos y una suerte de thriller de acción al uso con espectaculares escenas de persecuciones y disparos. Pero nada más lejos de la realidad, porque la fuerza de este film reside en los espacios cerrados y casi claustrofóbicos, en las horas de conversaciones e intimidades de Arantxa para ganarse la confianza del enemigo y en la tediosa investigación policial que avanza lenta, pero segura. Sentimos la tensión de la infiltrada en cada plano, en cada instante de pavor y de miedo, sabiendo que un mal gesto puede suponer una condena de muerte.

    La cuestión del pueblo vasco

    Siguiendo la estela de Patria o Maixabel, la directora edifica una película muy humana, como diría mi abuela, y se moja para mostrar sus impresiones sobre el horror y el daño que hizo la banda terrorista. En unas declaraciones recogidas en ABC, Arantxa Echevarria indica que «Hablar del dolor que causó ETA es un acto de exorcismo«. Una intención que se siente palpable en el film. Cómo olvidar el momento en el que Kepa Etxebarria (sorprendente Iñigo Gastesi) le cuenta a una Arantxa impertérrita y sin posibilidad de mostrar emoción alguna, lo que supone para él Euskal Herría. Y lo hace presa de una ingenuidad que, de forma brillante, la directora alegoriza en forma de las lentejas de su ama (madre en euskera) para, tan solo un instante después explicar con orgullo y una sangre fría que eriza la piel el intento de asesinato por el que está en busca y captura.

    El guión, obra de la propia directora en colaboración con Amèlia Mora, nos guía por diferentes escenarios, incluido el terror, con la aparición de un magnético Diego Anido, uno de los rostros más inquietantes del cine patrio. Desde que hace acto de presencia, el actor gallego se come cada plano con una actuación que genera auténtico pavor y que demuestra la otra cara de ETA. Mientras que Iñigo Gastesi interpreta el borreguismo y la alienación de jóvenes ávidos de heroicidades y que tienen la cabeza y el alma absorbidos por unos ideales erróneos (como le dice Ángel Salcedo a Arantxa en uno de los mejores diálogos de todo el film), Sergio, el personaje interpretado por Anido, supone todo lo contrario, el de un bruto desalmado y un profesional del terror, que bien podría unirse a cualquier bando con tal de tener una pistola.

    Un casting brillante

    La sobriedad detrás de la cámara se complementa con unas actuaciones excelentes, sobre todo la de la protagonista. Carolina Yuste se echa el proyecto a las espaldas y lo hace de forma soberbia, tirando del carro en aquellos momentos en los que el filme puede pecar de costumbrismo y pesadez. También aguanta el tipo en todo momento, adaptándose a las exigencias del guión cuando es necesario y sabiéndonos transmitir de forma soberbia las emociones de una Arantxa contenida y que está a punto de reventar, presa del miedo y de la tensión que tiene que soportar ante tamaña tarea.

    La actriz está acompañada por un casting muy bien escogido donde, además de los ya mencionados Anido, Tosar y Gastosa, destacan el siempre efectivo Víctor Clavijo (De Menos) y Nausicaa Bonnín (El Cuerpo). Todos ellos dan fuerza a una historia sólida de por sí y ayudan a transmitir esa idea de humanismo en medio de una cruenta guerra, como el embarazo de Andrea (Nausicaa), la buena sintonía que mantiene con su compañero Teruel (el mencionado Clavijo) o la extraña relación que van manteniendo el inspector jefe Salcedo y Arantxa.

    Latest articles

    spot_imgspot_img

    Related articles

    Leave a reply

    Por favor ingrese su comentario!
    Por favor ingrese su nombre aquí

    spot_imgspot_img