El Pingüino ha arrancado por todo lo alto su andadura en la plataforma de MAX, que ahora también se puede ver en Movistar, con un piloto espectacular y una puesta en escena soberbia. El personaje sigue la estela ya dibujada en la película de Matt Reeves, con un Colin Farrell en su salsa y muchos matices de humor negro que la convierten, sin duda, en uno de los platos fuertes de finales de este 2024.
La historia arranca justo tras los eventos de la película de The Batman, con una Gotham en crisis recuperándose del atentado perpetrado por Riddler. Por su parte, el Pingüino sigue trabajando para la familia Falcone distribuyendo el drop, la droga que abunda en las calles de Gotham, y trata de hacerse un nombre de una vez por todas en la Ciudad Gótica.
Un Pingüino en Gotham
Colin Farrell nos dibuja un Oswald «Oz» Cobb sublime, con muchas luces y sombras tal y como se aprecia en su relación con Vic (Rhenzy Feliz). El personaje posee una capacidad innata para la supervivencia que equilibra con un aire patético e infantil acentuado por una evidente falta de autoestima. Algo que queda reflejado en los primeros instantes de la serie con un «Fuck!» que bien podría pasar a los anales de la historia de la televisión.
En cuanto a la puesta en escena de El Pingüino, no puedo evitar sino acordarme del genial Vicente del Bosque cuando recogió el testigo de Aragonés en la Selección: «Si algo funciona, para qué tocar«. Parece que al final escucharon nuestras súplicas y en DC han decidido seguir con la estética marcada por The Batman, una mucho más oscura y que se aleja de una mera imitación de Marvel para recuperar el tono más adulto que se aprecian en sus cómics.